Si pasamos el tiempo suficiente en un campo de prácticas mínimamente concurrido no tardaremos en escuchar los dos consejos más repetidos desde tiempos inmemoriales. Puede que seamos los destinatarios o que seamos nosotros los que los hayamos ofrecido, con toda la buena intención, a algún amiguete o compañero de prácticas y partidas:
“¡No levantes la cabeza!” y “¡Saca los brazos hacia el objetivo!”
La novedad que ofrecemos desde A Bandera es que estos dos repetidísimos consejos, estrellas de cualquier instalación de prácticas, pueden estar haciendo más daño que beneficio a la persona que los escucha y los intenta seguir. Parten de creencias que aunque muy extendidas son falsas y pueden producir errores importantes que impidan que el jugador en cuestión mejore su rendimiento.