Os remito a una entrada en otro blog de golf, Fuera de Límites, para que leáis un decálogo de cómo tratar con las trampas en el mundo del golf. Me parece muy acertado y, como siempre en Fuera de Límites, contado de una forma muy entretenida. Un servidor aporta la anécdota que aparece al final del artículo pero que como está en forma de link a twitter, reescribo aquí un poco más extendida:
Esta anécdota sucedió jugando en un campo de la provincia de Huelva en el que es muy complicado encontrar bolas cuando salen de calle por la espesura de arbustos bajos todos iguales en los que es difícil tomar referencias (y ya no doy más pistas). El caso es que un compañero de partida en un campeonato tenía tendencia ese día a fallar muy por la derecha, pero lo más curioso es que siempre encontraba la bola y siempre tenía tiro, aunque fuese para sacarla a calle. Entonces los compañeros de partida decidimos empezar a yudarle para que nuestro buen compañero pudiese continuar teniendo la misma suerte... En una ocasión buscando una bola que aseguraba que no recordaba marca y número, cuando estaba metido en el rough le dije: "¡Titleist 2!". El compañero de partida en seguida reaccionó y dijo: "¡Esa es la mía!". Entonces yo le dije: "Ah, disculpa, esta es una Callaway 4, ahora vamos a buscar una Titleist 2".
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