martes, 29 de marzo de 2011

Un poco de psicología en el golf


Este artículo es una traducción de un extracto de un artículo del profesor Wayne DeFrancesco del que ya hemos hablado en una entrada anterior. El artículo completo trata de los conceptos erróneos más extendidos sobre el juego del golf. En esta ocasión he extraído solo la información referente a los aspectos mentales del juego. El artículo completo en su versión original se encuentra aquí.

Es posible que esto que vas a leer ahora contradiga lo que has escuchado hasta ahora a los gurús del golf natural que todos conocemos en nuestros campos. Intenta desterrar algunos mitos sobre la influencia de aspectos mentales en el jugador aficionado medio:




1. “Intenta no pensar”


Bueno, pongamos por caso que no tienes un swing perfecto. Podríamos incluso ir más lejos y decir que cometes unos cuantos errores en el swing, demasiados como para prestar atención a todos a la vez. Sabes positivamente que debes cambiar algunas cosas en tu movimiento, pero los errores se han ido acumulando con el tiempo y ya ocurren de forma automática, sin pensar en ello. Este es, ahora, tu swing natural, sin pensar. Entonces, ¿qué te hace pensar que harás un movimiento diferente si no piensas? La realidad es que harás lo mismo. Si apagas tu mente consciente cometerás los mismos errores una y otra vez. No hay magia. Debes afrontar los errores identificándolos y comprendiendo qué debes hacer en lugar de lo que hacías. Debes formarte una imagen en la cabeza de los cambios que quieres hacer y una sensación para llevarlos a cabo, así como practicar lo necesario para introducir esos cambios en tu swing para, así, tener más posibilidades de conseguir trasladar esa nueva técnica cuando juegues en el campo.
Sin pensamientos conscientes referentes al swing no hay forma de hacer esto y, dado que posiblemente no tengas mucho tiempo para jugar y practicar, necesitarás durante mucho tiempo uno o dos pensamientos para luchar contra los errores más recurrentes de tu swing. Si mantienes la instrucción en unos mínimos y haces todo lo posible para convertir las palabras en imágenes, puede que seas capaz de no pensar demasiado o no hacer un esfuerzo demasiado grande por hacerlo todo perfecto en cada swing. Solo somos capaces de tener en cuenta un par de conceptos durante un swing, preferiblemente, un pensamiento o imagen durante el backswing y uno en la bajada y continuación del golpe. Cuando practicas puedes pensar en tantas cosas como quieras, asegúrate simplemente de prepararte para jugar, organizándote y agrupando las ideas de forma que puedas usarlas efectivamente durante la rutina y estar cómodo sobre la bola. Si hay demasiadas cosas revoloteando por tu cabeza cuando vas a dar un golpe, salte de la posición y empieza de nuevo. 



2. “El golf es 90% mental”
 
Seguro. Puede que para Jack Nicklaus, que ha pegado a la pelota mejor que nadie que haya vivido jamás. Quizás para Fred Couples, que encontró su swing cuando era un niño y no ha tenido más que algún pensamiento de pasada sobre técnica desde entonces. Pero, ¿para el jugador medio? Cuando pegamos un topazo de 80 metros a un lago con un hierro 7, los psicólogos deportivos querrán que pienses que no confiaste en tu swing o que no te habías concentrado suficientemente en el objetivo. ¿Sabes que pienso yo? Yo creo que es muy probable que hicieras un mal swing y hubiera sido más una cuestión de suerte que hubieras pasado el lago que de falta de actitud mental el hecho de que no lo hayas pasado. Muchos de mis alumnos estarían equivocados si tuvieran mucha confianza en su swing. El golf es un juego muy objetivo, ni a la bola ni al palo les importa en absoluto cómo te sientes ante el golpe que vas a jugar. La cuestión es en definitiva si eres capaz de ejecutar los movimientos necesarios para dar el golpe. Una vez que mejores tu técnica, una buena actitud mental vendrá como consecuencia, porque la confianza se alimenta de buenos resultados. ¿Cómo va a tener alguien confianza en su swing si es tan probable que pegue un golpe decente y en juego como que pegue un shank fuera de límites? Busca primero la forma de pegarle a la bola y luego utiliza las herramientas mentales si te parece oportuno.

6 comentarios:

  1. puedes que debas tener en cuenta que cuando alguien realiza algo en la vida ya sea deporte o cualquier otra cosa, a la hora de valorar el resultado, deberemos saber que dependiendo de la técnica que posea para realizar lo que se proponga tendrá un resultado u otro pero ese resultado siempre irá condicionado por su estado de ánimo mental. un golfista profesional puede fallar golpes fáciles para su nivel y un golfista mediocre puede hacer algo grande en cualquier momento, y en este aspecto el ánimo mental juega un papel importantísimo, no crees?

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  2. Sí, por supuesto. Reitero una vez más que es una traducción. Pero estoy de acuerdo en que la confianza se alimenta de éxitos y que es mucho más importante, a nivel aficionado, mejorar las mecánicas que te permitan, independientemente de tu estado mental, alcanzar un porcentaje mayor de aciertos. A partir de ahí es mucho más fácil trabajar en aspectos mentales. Es la pregunta de si va antes el huevo o la gallina. La tesis de DeFrancesco que comparto en buena medida, es que antes va ir consiguiendo las mecánicas necesarias para mejorar tus resultados y luego el aspecto mental. Es muy complicado trabajar en una actitud positiva cuando sabes que las habilidades que ahora posees te limitan a un porcentaje pequeño de consecución de los objetivos.

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  3. No puedo estar más de acuerdo con el señor DeFrancesco. La clave del éxito en el golf son las tres T: técnica, talento y trabajo.

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  4. Esto me va ha servir de mucho, cuando quieras jugamos una partida. por cierto en octubre es el II torneo de golf Punto Radio organizado por mi, ya te voy contando, por cierto es en Zaudin. un abrazo primo. César Boix.

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  5. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y PSICOLOGÍA POSITIVA!! UN ABRAZO DANI!!NOS VEREMOS POR DUNAS! PABLO.

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  6. He disfrutado un montón de la experiencia que has compartido en la web, me dedico a jugarlo muchos días así que me ha encantado!

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